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Nick Webb para Independent.co.uk - Febrero 2018
Cuando se trata de salud mental, en la actualidad estamos trabajando de persona a persona, en lugar de tener un enfoque más holístico y trabajar con grupos de personas conectados, amigos, familia, vecindarios y proveedores de cuidados.
La primavera pasada mi madre se suicidó. Tenía 70 años y estaba en una silla de ruidas, vivía sola en una comunidad para retirados, luchando contra esclerosis múltiple y depresión severa. Una noche de Abril, mezcló vino con demasiados fármacos y se puso una bolsa en la cabeza, para asegurarse. Sé que siempre tendré problemas para entender. La amé primero, antes que a nadie más en mi vida. Todavía la amo. Me siento mal de estar aquí y que ella no esté más.
De niño, recuerdo las discusiones con enemigos imaginarios en el lavatrastos de la cocina. Recuerdo su ausencia. Recuerdo sus silencios a la vez que su ira. La recuerdo diciéndome en mi adolescencia que la vida era un sin sentido y que de ser más valiente le pondría fin. De hecho, ya lo había intentado, cuando yo era un niño pequeño, pero mi padre la encontró justo a tiempo, y ella sobrevivió. ¿Por qué haría una madre esto cuando sus tres niños pequeños la necesitaban tanto?
Creo que hay tres cosas que ayudarían a personas como mi madre, esas personas que viven con una profunda desesperación.
La primera es la compasión. En enero 2018 se lanzó el Enfoque del Significado de Amenazas y Poder (PTMF por sus siglas en inglés), que sugiere una nueva manera de pensar sobre "angustia emocional, experiencias inusuales y comportamiento problemático y peligroso". Desarrollado por un equipo de psicólogos, supervivientes y académicos, el PTMF alienta a los profesionales de salud mental a hacer preguntas tales como, "¿Qué te ha pasado?, ¿Cómo te afectó? y ¿Qué tuviste que hacer para sobrevivir?"
He encontrado este enfoque tremendamente útil para entender la falta de salud de mi madre a través del aprendizaje de lo que le tocó experimentar en la vida, lo que la amenazaba y cómo ella respondió. Me ha ayudado a aceptar y ser más compasivo hacia el conjunto de comportamientos destructivos que desarrolló para sobrevivir.
Mi madre tuvo un padre controlador quien le impidió seguir las ambiciones que ella tenía para su vida. La forzaron al rol de cuidadora como la mayor de cuatro hermanos en lugar de sus padres ausentes, y sufrió la muerte de su segundo bebé a las seis semanas de nacido. Experimentó alcoholismo, violencia doméstica y una casi completa escasez de libertad financiera en su matrimonio, agregado esto a la esclerosis múltiple con la pérdida de mobilidad que aumentó en sus cincuentas y la vergüenza insoportable que sintió por ser detenida por el estado bajo el Acta de Salud Mental en sus sesentas.
Al preguntar "¿Qué te ha pasado?" (en lugar de "¿Qué está mal contigo?") alentamos a elevar la consciencia y compasión hacia las dificultades de una persona con la tragedia y la injusticia. Y la compasión inspira ambición por ayudar.
El segundo factor que creo puede ayudar a las personas con dificultades de salud mental es la "presencia perseverante". Todos tenemos dificultades, en algunos momentos, para comprender a otras personas completamente, y mantener relaciones fuertes y que nos nutran con nuestras familias, amigos, vecinos y compañeros de trabajo. ¿Cómo perseveramos con aquellos que necesitan más de nosotros?
A los profesionales muchas veces se les hace difícil desarrollar relaciones empáticas con sus pacientes. Esto es comprensible. Los usuarios de servicios de salud mental pueden traer una carga terrible de dolor y sufrimiento y requerir de sus proveedores, inconscientemente, que la compartan. Pero los procedimientos y los sistemas también dificultan que los profesionales puedan ver y entender a "toda la persona". Después de una serie de talleres en salud mental infantil, un colega trabajador social remarcó que sentía como que los servicios públicos locales no pueden "dar espacio para las pérdidas profundas y el trauma" que niños abusados y en situación de abandono traen consigo. Es casi como que esos servicios han sido diseñados para estar fragmentados, de manera que los profesionales solo deban experimentar un poco del dolor de la persona antes de referirle con alguien más.
Felizmente, el nuevo enfoque de Wigan respecto al cuidado social en la niñez está acogiendo la "presencia perseverante" que hemos visto en el Consejo del Condado de North Yorkshire con su modelo "No Hay Puerta Equivocada", que ha resultado ser muy exitoso y evaluado independientemente: un trabajador social clave se quedará con el niño sin importar la hora del día o la noche, y sin importar qué tan severa es la crisis.
Finalmente, "conexión". Cuando mi madre fue retenida por el estado hace 10 años, los profesionales le dijeron a mi familia que se encontraba psicótica y que requería ser llevada a un hospital para ser medicada. Los cuidados de seguimiento por parte de los profesionales de salud mental fueron inefectivos y 'a medias'. Verla sentada sola en el jardín del hospital, con la cabeza gacha y sin moverse, contribuyó, junto con su diagnóstico clínico, a que todos a su alrededor nos sintiéramos como que ella era "otra"; que no se le podía tocar y que estaba irrecuperablemente enferma.
Las políticas públicas y cultura de servicio de hoy en día le dan demasiada relevancia a la persona como causa de su problema. Cuando alguien está en situación de desempleo, por ejemplo, decimos que necesitan ser más resilientes o trabajadores, en lugar de buscar causas económicas y sociales. O cuando alguien que está mentalmente "mal", buscamos la enfermedad en la persona, y las fuerzas más amplias externas permanecen invisibles.
En lo que se refiere a salud mental, estamos trabajando persona a persona, en lugar de tomar un enfoque holístico y trabajar con grupos de personas conectados, amigos, familias, vecindarios y cuidadores. Mientras más entendamos las historias de las personas y cómo se relacionan con las personas de su entorno, más comprenderemos lo que les hace felices y lo que les causa dolor, al mismo tiempo descubriremos un rango más amplio de soluciones creativas y recursos para ofrecer apoyo de forma más efectiva. De esta forma podemos volvernos más compasivos y construir la confianza y atención que es tan esencial para prevenir crisis.
Las sociedades prósperas del futuro serán lugares donde es más difícil saber si alguien es un proveedor de servicios o un usuario de servicios. Lugares donde la conexión es central, la compasión es amplificada y donde los servicios y los profesionales que trabajan en ellos están tan enfocados en las relaciones tanto como los ciudadanos.
Este mundo futuro dejará atrás la fantasía de que las personas en las comunidades de alguna manera son diferentes a las personas proveyendo los servicios.
No es fácil cambiar la corriente de la tragedia, o reemplazar la soledad y desesperación con compañía y esperanza. Créeme que lo sé. No es fácil, pero definitivamente vale la pena trabajar y vivir para ello.
Nick Webb es un líder para innovación en salud mental en Innovation Unit, una empresa social que crea nuevas soluciones para problemas sociales complejos.