Orgullo Loco
Me gusta provocar sacando a la gente de su zona de confort, sobre todo con el tema de “ser políticamente correctos”. He bromeado diciendo que “bueno, si los negros se pueden decir negros entre ellos, yo me puedo decir loca entre los locos”, y me rio, pero el resto de la gente trata de no verme a la cara por vergüenza propia y/o vergüenza ajena. Este tipo de acercamientos no los impulso por una simple naturaleza trol, me sirve para poner, quieran o no, temas a la mesa que son evidentes pero que nadie quiere tocar ni con una vara de diez metros.
El gran elefante en la habitación. Locura y loquera, otros hardwares y otros softwares. Hablamos mucho de locuras pero poco queremos ver nuestras excentricidades clínicas o no, planteadas de una manera que sacudamos un poco ese esquema tan rígido e irreal que es lo que percibimos como normalidad.
Como los Queers necesitan su Pride, yo como Crazy necesito el mío. Hablemos de meds, hablemos de tratamientos, útiles o no útiles, de químicos, de tratamientos alternativos, hablemos de terapia como que no fuera una mala palabra. Usemos esa lógica de “no acaso todos estamos un poquito locos” virando el ángulo: de trivializar trastornos serios que necesitan tratamiento, a cuestionar esas posturas de normalidad en cuanto a si realmente se cumplen en la vida diaria. Creo que estar dispuestos a cuestionar nos da humanidad a todos, locos o no. Aceptar la diversidad no sólo implica que nos veamos el color de piel, implica que aceptemos el universo de capacidades e incapacidades de la naturaleza humana.
Viene un tipo chele y mata gente y de un sólo lo quieren meter a nuestro club. “Tenía problemas mentales” se dice. Caso cerrado. Pero viene un tipo con un pelín más de melanina encima y no viene a nuestro club, es criminal equis y ya. Claro, hay gente desequilibrada que mata y comete crímenes, así como hay gente “buena y sana” que lo hace, pero eso a nadie le importa. Los locos no somos una masa uniforme de gente con una sola y única experiencia, los perfectos chivos expiatorios. Si me ponés en un salón con otra u otro bipolar y tal vez lo único que tengamos en común sea el diagnóstico. Nadie espera que dos chinos se lleven bien sólo por ser chinos, ¿por qué tendría yo que tenerlo todo en común con otro loco sólo por serlo?.
Tengo mi pride, pero nadie nos dice lo valientes que somos, sólo que no molestemos a nadie con nuestras condiciones psíquicas, que lo ocultemos de los niños, que lo ocultemos de nuestros empleadores, que lo ocultemos en general, es más, si podés encerrarte bajo siete candados cuando estés en crisis, mejor. Después alguien estampa un avión en los Alpes, y nadie tenía idea de que pasaba algo porque nunca vieron señales.
“Era un tipo normal”
“Escondía muy bien sus demonios”
“No se debería dejar que enfermos mentales hagan A, B o C”
“¿Por qué no se tratan o mejor, los encierran?”
Tengo CrazyPride. No estallo bombas, no estrello aviones, a veces olvido chequearle el aceite a mi carro, pero, oe, eso le pasa a todos, ¿no?. ¿Dónde está mi desfile?
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